Dieta y ejercicio en tiempos pandemia

Cambios en la conducta alimentaria durante la crisis de Corona

La pandemia de COVID-19 sigue en nuestra mente, a pesar de la creciente relajación de las medidas de protección. En los últimos meses muchas cosas han cambiado en las esferas ecológica, económica y personal, y para la mayoría de las personas los temas de salud, nutrición y ejercicio se han vuelto cada vez más importantes. La vida cotidiana de muchos también está experimentando enormes cambios, que probablemente se notarán en nuestra «nueva normalidad». Entre otras cosas, el grado de digitalización está aumentando y el comportamiento alimenticio y de ejercicio de la gente está cambiando notablemente, como mostró una reciente encuesta representativa del Instituto Forsa. La encuesta es encargada anualmente por el Ministerio Federal de Alimentación y Agricultura alemán(BMEL) y publicada en el Informe de Nutrición. En el curso de las restricciones de contacto y de producción ha surgido una nueva conciencia no sólo para los alimentos, sino para toda la cadena de valor de la producción de alimentos, empezando por la agricultura, el transporte, la elaboración y terminando con el producto que el consumidor finalmente tiene en sus manos.

Aunque la gente ha estado preparando sus comidas más a menudo y con más verduras frescas y menos carne desde la crisis de Corona, hay una tendencia emergente a comer más comidas al día y a hacer pedidos a un servicio de reparto con más frecuencia, que antes de la crisis. En una encuesta realizada por la empresa de estudios de mercado Kantar en abril de este año, el 14% de los encuestados declararon que habían ganado peso cuando los gimnasios y clubes deportivos estaban cerrados. El 90% de los alemanes le dan importancia a la comida sana, el 86% también está a favor de reducir el azúcar añadido en los productos preparados y acepta que la comida tenga entonces un sabor menos dulce.

Otro aspecto positivo es el aumento de la apreciación de los alimentos y una mayor conciencia del desperdicio de alimentos y el derroche de recursos. El 91% (en comparación con el 76% en 2016) de los participantes en la encuesta declararon que no tiran inmediatamente los alimentos una vez que han pasado su fecha de caducidad, sino que confían en sus sentidos para comprobar si aún se pueden comer. Puedes encontrar algunos consejos sobre el uso sostenible de los alimentos y los envases en nuestro blog bajo «Nuestra contribución a la protección del medio ambiente».

La desnutrición y la alimentación deficiente no deben ser subestimadas

La importante función de los hábitos alimentarios con respecto al coranavirus y la enfermedad Covid-19 causada por él se resumió recientemente en una guía para médicos de la Sociedad Europea para la Nutrición Clínica y el Metabolismo (ESPEN), con recomendaciones para el manejo nutricional del Covid-19. El equipo internacional de expertos, entre ellos el nutricionista Prof. Bischof de la Universidad de Hohenheim en Stuttgart, hace hincapié en que los pacientes con malnutrición suelen tener un mayor riesgo de sufrir un curso grave de la enfermedad. Los científicos piden que la evaluación del estado nutricional sea una parte rutinaria del tratamiento de todos los pacientes con Covid-19, especialmente aquellos que son más propensos a la desnutrición debido a su edad o a enfermedades previas. Aunque la enfermedad afecta principalmente al sistema respiratorio, también pueden producirse náuseas, diarrea y vómitos. Esto dificulta aún más la absorción de nutrientes y debe tenerse en cuenta en la terapia.

Para evitar que se produzca en primer lugar una malnutrición, las personas en situación de riesgo deben vigilar especialmente su estado nutricional. Con el apoyo de un nutricionista experimentado se pueden identificar posibles deficiencias en el suministro y se puede optimizar la dieta de forma individual.

Desde hace algún tiempo la interacción entre la función del sistema inmunitario y nuestra dieta ha atraído un creciente interés en la ciencia de la nutrición. Curiosamente se ha demostrado que ambos factores nutricionales pueden influir en la función inmunológica y viceversa. La vitamina D, la vitamina C, el selenio y el zinc, entre otras, son importantes para el mantenimiento de nuestra función inmunológica. Las pruebas de los estudios indican que un suministro inadecuado de vitamina D y selenio puede estar asociado con un mayor riesgo de infecciones virales y enfermedades respiratorias. También se examinan los efectos de las sustancias vegetales secundarias, como los carotenoides o los polifenoles, en el riesgo de infección. Sin embargo, los resultados proceden principalmente de cultivos celulares o estudios experimentales, por lo que sólo se puede obtener un beneficio limitado para los seres humanos. No obstante, en caso de necesidad o en situaciones especiales, la ingesta de un suplemento de alta calidad puede ayudar a complementar y mejorar la dieta diaria con unos pocos pero importantes nutrientes, por ejemplo: nuestras gotas de vitamina D3, acerola orgánica o el complejo Makro Immun®.

En principio, se recomienda una dieta variada y basada en las necesidades, que utilice alimentos de todas las categorías. Está definido, por ejemplo, en las recomendaciones oficiales de la Sociedad Alemana de Nutrición (DGE) en forma de 10 reglas y puede ser visto en el sitio web de la DGE. Entre las alternativas adecuadas figuran una dieta bien planificada a base de plantas o una dieta mediterránea, que se consideran antiinflamatorias. Una dieta sobrecalórica, por otro lado, se asocia con un mayor riesgo de inflamación crónica.

Tenga en cuenta: Aunque un sistema inmunitario fuerte y funcional es esencial para hacer frente a las enfermedades, no hay pruebas científicas de que los suplementos dietéticos protejan contra la infección por coronavirus. No obstante, las posibles deficiencias de micronutrientes deben evitarse urgentemente y corregirse cuando sea necesario. Aunque esto no protegerá contra la infección, hará que el cuerpo y el sistema inmune se defienda.

Ejercicio físico incluso durante la cuarentena

Además de seguir las reglas de distancia y usar mascarillas que cubren la boca y nariz, la cuarentena en casa es la mejor manera de reducir el riesgo de infección. Los ejercicios sencillos y los entrenamientos cortos con una mezcla de ejercicios de fuerza, resistencia y coordinación aumentan los niveles de actividad y aseguran que el sedentario no se imponga. De esta manera, se puede aumentar el gasto de energía y evitar el aumento de peso y la pérdida de masa muscular. La actividad física regular también tiene un efecto beneficioso sobre la función inmunológica y el sistema cardiovascular. En Internet y en los medios sociales, se pueden encontrar numerosos consejos para realizar ejercicios que se pueden hacer sin ocupar mucho espacio.

Junto con las medidas de higiene conocidas, una dieta equilibrada y la actividad física son factores importantes para mantener el estado nutricional, la composición corporal, la función inmunológica y la salud física y mental durante la crisis del coronavirus.

El equipo de «Investigación y Desarrollo» de BioProphyl, está siempre dispuesto a responder a cualquier pregunta que puedas tener sobre el tema de nutrición, el sistema inmunitario y los complementos alimenticios naturales.

Hasta pronto,

La familia BioProphyl